19 jul 2011

Muestra de Jerarquía Regional

por José Roberto Espinosa
Especialista en Medio Ambiente y Escritor
Cuarenta hectáreas de campo fue la superficie destinada al despliegue y desarrollo de un evento de jerarquía nacional: El INTA Expone, de la Región Pampeana, y allí estuvimos con Guía Hueney.
La ciudad de Marcos Juárez –Córdoba- tuvo el privilegio de recibir, desde el 15 al 17 de abril pasado, a técnicos, productores, industriales, estudiantes y público en general de todo el país. Se pudo apreciar y valorar la importante tarea del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria sobre investigación y extensión agropecuaria.
La expo presentó un diseño circular, lo cual permitió la presentación de diferentes ejes temáticos e institucionales, y su distribución entre la investigación y extensión, poniendo así de relieve el valor agregado en todos los procesos productivos, lo que posiblemente logre mejorar la capacidad productiva, y consecuentemente, la calidad de vida de los argentinos.
El desarrollo de la ciencia y la tecnología en recursos naturales y gestión ambiental, ganadería, silvicultura, producciones intensivas, agricultura familiar, ganadería y extensión, entre otras, fue exhibido a través de numerosos stands ubicados al aire libre y en carpas de diferentes formas y tamaños localizadas en tres anillos concéntricos que se relacionaban desde afuera hacia el centro. La producción primaria ocupaba el primer anillo; en el segundo, se ubicaba lo referente a manejo y transformación; para concluir, en la parte central se destacaba la exposición de productos terminados y productos institucionales.
De esta manera, el conjunto de actividades vinculadas con la producción de agro alimentos marcaron su presencia en INTA Expone 2011.
Quedan algunos temas por resolver que no son de responsabilidad exclusiva del INTA. Argentina necesita la sanción de una ley de fitosanitarios de alcance nacional, que permita regular el uso de grandes volúmenes de agroquímicos: fertilizantes fosforados, fungicidas, insecticidas y herbicidas (glifosato y atazina). La producción de soja utiliza aproximadamente 200 millones de litros de herbicidas. Un aspecto esencial es la correcta aplicación de estos productos, pues su seguridad se encuentra íntimamente ligado a ello, y mal aplicados se transforman en altamente peligrosos.
Es necesario recabar datos de forma sistemática para que los centros de investigación (como las universidades) determinen el impacto de los agroquímicos en la salud humana y en el ambiente. Estos trabajos de campo deben ser promovidos por el Estado Nacional, los gobiernos provinciales y municipales para llevar tranquilidad a la población.

Desde la Dirección de Guía Hueney en su área Ecología, agradecemos al INTA San Luis, en la persona de Matías Centeno por su disposición profesional y personal en favor de nuestra participación en este evento.

17 ene 2011

EDICIÓN Nº 32 NOVIEMBRE-DICIEMBRE

Seguridad Alimentaria
por José Roberto Espinosa
Especialista en medio Ambiente - Escritor
Quienes justifican la deforestación para ampliar las fronteras agropecuarias, sostienen que lo hacen para producir mayor cantidad de alimentos.
Sin embargo, un informe reciente de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) y el Programa Mundial de Alimentación, revela que las cifras de personas que no tienen “nada para comer”, es cada vez mayor. Estas cifras son las peores de los últimos 40 años a nivel mundial.
Todos los 16 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Alimentación, instituido desde 1979 por la FAO. Este año con el lema “Unidos Contra el Hambre”, en busca de crear conciencia sobre la magnitud del problema y llamar la atención respecto a la importancia que tiene la seguridad alimentaria para todos.
¿Qué está pasando en Argentina? La ONU dio cuenta de que nuestro país produce el 1,61% de la carne y el 1,51% de los cereales DEL MUNDO, cantidad de alimento que alcanzaría para dar de comer a 400 millones de seres humanos. Resulta entonces inadmisible que más de 5 millones de argentinos tengan carencia de alimentos.
Los magros ingresos, en la mayoría de los hogares, no permiten tener acceso a los alimentos de la canasta básica; agregándose la inflación y la siempre presente especulación, que provocan subas injustificadas en los precios de estos.
Algunos sostienen que, los países que sufren alzas en los precios de los alimentos, deben recordar forzosamente que la alimentación es una cuestión de seguridad nacional, porque si se pierde la capacidad de procurarse, es probable que queden a merced del mercado global especulativo y a expensas de quienes producen los comoditíes y condicionan la producción a sus propios intereses.
En voz muy baja se habla sobre “soberanía alimentaria” y “seguridad alimentaria” y poco se explica de qué tratan estas dos frases. Para desandar el camino, habría que preguntar a los responsables del Estado (nacional y provincial): ¿Qué se está haciendo desde ese lugar para procurar el regreso y sostenimiento de las pequeñas y medianas economías locales? asfixiadas por las grandes corporaciones que hacen uso de los recursos naturales a su antojo, sin observancia del cuidado del medio ambiente, provocando el éxodo de, cada vez más, pequeños productores; implican la desarticulación de las economías regionales.
Es posible observar, cómo desde el propio Estado de la provincia de San Luis, se preparó el andamiaje adecuado para facilitar la llegada de inversores en el sector agropecuario. Primero, se adecuó la normativa que trata el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos de esta jurisdicción, dando un supuesto cumplimiento a la Ley Nacional vigente, declarando a las dos zonas con mayor representación de masa boscosa como de “Alta Productividad Agropecuaria”, por el sólo hecho de existir la posibilidad de contar con agua para riego, sea superficial y/o subterránea, lo que provocará más deforestación.
Hecho esto, funcionarios de alto rango provincial, estrecharon vínculos con potenciales inversores en el sector agropecuario, a quiénes recibieron en audiencia y con seguridad les han ofrecido grandes beneficios impositivos. En tanto, se alejan cada vez más de pequeños y medianos productores afincados desde antaño en este San Luis, quiénes trabajan la tierra con mano de obra propia, siendo los únicos que ponen en valor los saberes de la agricultura familiar y resaltan el aprovechamiento adecuado del recurso genético ancestral. Las semillas nativas o criollas son las que ponen el acento en darle valor a la agricultura familiar y las que constituyen el soporte para la construcción de la soberanía y seguridad alimentaria.