28 sept 2009

EDICION Nº 23 MAYO-JUNIO 2009

Consecuencias del cambio climático
El uso de combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas natural– es la principal causa del cambio climático, pero no la única, lo que amerita considerar a la deforestación que produce la liberación a la atmósfera del carbono retenido en la biomasa de los bosques.
Las naciones industrializadas son las responsables de las mayores emisiones de gases de efecto invernadero. Por su parte, los países que buscan su desarrollo –caso de Argentina– contribuyen a los desastres que sufre nuestro planeta, a través de la destrucción de grandes extensiones de bosque nativo para favorecer la expansión de las fronteras agropecuarias, especialmente la agricultura de soja.
Cuando grupos de ambientalistas le reclamaron a la ex Secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sra. Romina Picolotti, por este descontrolado avance, la funcionaria se limitó a responder a los periodistas que: “no puedo meterme con los sojeros”; quiénes aparecían como los responsables de estos atropellos, principalmente en el norte de nuestro país. Años después tuvo que ocurrir el desastre en Tartagal –Provincia de Salta– para que el Gobierno Nacional tomara razón de la importancia de las masas boscosas, disponiendo la inmediata reglamentación de la Ley Nº 26331 de los “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de Los Bosques Nativos”, y poner límites a la devastación de valiosos ecosistemas.
Los expertos sobre Cambio Climático, nucleados en la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, fueron contundentes al expresar cuáles sería las consecuencias de estos cambios: aumento de la temperatura media de la tierra y modificaciones en las pautas meteorológicas a escala mundial, con escenarios de inundaciones, frío siberiano, mega sequías, violentos temporales, pérdidas de glaciares y presencia de témpanos en los mares.
Los bosques nativos están conformados por numerosas especies de árboles, arbustos y otras formas de vegetales de diferentes tamaños y edades, tanto en el suelo y sobre los propios árboles y arbustos: trepadoras, epifitas, parásitas; a los que se agregan una considerable cantidad y variedad de animales silvestres (mamíferos, reptiles, batracios, aves e insectos) que encuentran en estos ambientes abrigo, alimento y posibilidad de reproducción y propagación.
Esta diversidad biológica interactúa con otros elementos como los nutrientes de los suelos, el agua, la energía solar y el clima, asegurando su auto regeneración y la conservación de todos los elementos que la componen: flora, fauna, agua y suelo.Comunidades humanas originarias son parte de los bosques que habitan, se relacionan con ellos y allí obtienen un conjunto de bienes y servicios que aseguran su supervivencia en estas áreas naturales.Las sequías e inundaciones, además de provocar importantes pérdidas económicas, empujan a los habitantes a las ciudades para iniciar otras posibilidades de vida.
La deforestación implica ruptura del equilibrio bioecológico donde la mayoría de las especies sucumben, y otras como aves e insectos, buscan nuevos espacios.La posibilidad de expansión de enfermedades se potencia con estos cambios, favorecidos por temperaturas altas prolongadas y abundantes precipitaciones.
No miremos tanto hacia los gobiernos del Norte, los del Sur tienen su cuota de responsabilidad en estos temas.