9 sept 2010

EDICIÓN Nº 30 JULIO-AGOSTO 2010

El fin de los Focos
José Roberto Espinosa - Especialista en Medio Ambiente y Escritor
Tel. (02652) 431789 - jrobertoespinosa@hotmail.com


Silenciosamente avanza la inminente puesta en vigencia de la Ley Nacional Nº 26473, que prohíbe la importación y comercialización en todo el territorio del país de “lamparitas”, “bombitas” o “focos incandescentes o de filamento”. Esta normativa entraría en vigencia a partir del 1º de enero de 2011.
En su reemplazo los argentinos deberemos utilizar lámparas calificadas de “bajo consumo”, las que son promovidas como “luz buena” porque traerán ahorro de energía y con ello importantes beneficios para la economía hogareña, a la hora de abonar la factura por el consumo de energía eléctrica. Esta medida permitiría, además, que nuestro país salga de la crisis energética en la que se encuentra sumida.
Desde el año 2008, medios nacionales de comunicación comenzaron a promover el uso de estas lámparas como una “gran idea de bajo consumo”, y que invertir en una de estas luminarias contribuiría también al ahorro de gastos en la boleta mensual de luz, en un 80%. Las lámparas de bajo consumo tendrían mayor duración: en promedio 6.000 hs, es decir 6 veces más que las incandescentes.
Para reforzar esta campaña de “buenas prácticas” y en consonancia con la Sanción Parlamentaria - aprobada por unanimidad en ambas Cámaras del Congreso Nacional – se distribuyen gratuitamente en todo el país, aproximadamente 5 millones de lámparas. En nuestra provincia la distribución de las 114 mil lámparas enviadas por el gobierno nacional estuvo a cargo de la empresa comercializadora de energía Edesal y por intermedio de las intendencias municipales.
Mientras todo esto viene ocurriendo, y la mayoría ha incorporado a su vivienda estas lámparas de bajo consumo, no somos advertidos sobre los altos riesgos a los que nos encontramos expuestos por el uso de estos productos –en su mayoría de origen chino- que contienen y funcionan a base de MERCURIO, considerado internacionalmente un residuo peligroso.
No se ha hecho una campaña de información en cuanto a su manipuleo, ni establecido procedimientos de gestión para la disposición final.
Una vez sancionada la ley en cuestión, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial determinó que muchas de estas lámparas consumen más energía y duran menos tiempo de lo que declara el fabricante en los envases. El INTI ha expresado en su informe que “si la lámpara explota, desprende mercurio, el que puede permanecer mucho tiempo en la atmósfera antes de dispersarse. Ocasiona una amplia gama de efectos sistémicos en humanos, afectando: riñones, hígado, estómago, intestinos, pulmones y una especial sensibilidad del sistema nervioso, aunque varían con la forma química. Los microorganismos convierten el mercurio inorgánico en metil-mercurio, una forma química muy tóxica, persistente y bio-acumulable y que además se absorbe fácilmente en el tracto gastrointestinal.”
Otros informes dan cuenta de que el mercurio – en el supuesto de explotar la lámpara - se adhiere a todo tipo de fibras textiles: alfombras, cortinas, ropa de cama, etc. De las que después pueden desprenderse vapores de mercurio, durante mucho tiempo. Además, estas lámparas son potencialmente dañinas para la piel, pues emiten UV (rayos ultravioletas); pueden provocar problemas en la visión y cefaleas.
¿Costaba tanto requerir previamente asesoramiento especializado, para recién tomar la decisión, o para pensar una política energética sustentable que considerara simultáneamente la oferta y la demanda, actuando en consecuencia sobre las alternativas de energías limpias y poniendo en práctica estrategias que condujeran a la reducción del consumo de electricidad?
Un ejemplo para imitar pudo ser la decisión tomada por la Comunidad Europea en el año 2007, donde dispusieron un ahorro energético del 20% y paralelamente generaron un 20% más de energía, usando fuentes renovables. El habitante de Bruselas (Bélgica) recibe consejos de la propia compañía eléctrica para reducir el consumo, y a la vez accede a créditos blandos para poner doble vidrio en sus ventanas y así atrapar efectivamente el calor de la calefacción en invierno. En los baños de gran parte de Europa se colocan dos botones en el inodoro (uno para el pipi y otro para el popo), al oprimir el primero se vacía solo medio tanque y el segundo, tanque completo; pues la generación de agua potable insume gran cantidad de energía. En EE. UU. (Colorado) se instalan paneles solares en las casas, y la energía que la gente ahorra es vendida a la red, generando un beneficio para el consumidor.
Lamentablemente el marco regulatorio de Argentina hace difícil aplicar algo similar, pero no imposible si se decide modificarlo. Habrá que exigir a los gobernantes y legisladores que comprometan más su gestión en estos temas, promoviendo políticas energéticas que involucren factores económicos y ambientales, a favor de la población.